No Guerra, SÍ PAZ

Xehetasunak: COM_CONTENT_PUBLISHED_DATE_ON; Nork idatzia: Javier

Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.

No se turbe vuestro corazón ni se acobarde (Jn14,27)

La guerra el mayor fracaso de la humanidad.

La Familia Salesiana desea ser hoy respuesta ante tanto dolor. En estos días hemos podido ver escenas de sufrimiento y de muerte. Se nos escapan los porqués de una guerra, o por qué este conflicto entre Rusia-Ucrania nos llega más de cerca. Pero lo cierto que está provocando muchos damnificados y refugiados. Aún, siguen abiertos los conflictos entre Marruecos y el Frente Polisario por la cuestión del Sahara, la situación de Afganistán, Siria, Yemen, Israel-Palestina, Haiti por citar algunos ejemplos actuales. O la lucha de poder entre Estados Unidos y China, ésta por los menos es económica. La guerra es el mayor fracaso de la paz y el que peores consecuencias tiene. La guerra es siempre una derrota de la humanidad. Por eso decimos no a la guerra.

La paz es construir fraternidad y solidaridad.

Creemos que la paz es un valor universal para todos, y que no se difunde por sí sola. Es un bien “frágil” que se construye día a día. Debemos reconocer nuestra responsabilidad a la hora de promover la convivencia, de apostar por la justicia y sobre todo por el perdón y la reconciliación. Para nosotros, la paz no es ausencia de guerras o equilibrio entre fuerzas. La paz es algo más, es uno de los atributos esenciales de Dios. El ser humano aspira a la paz que perdió a causa del “pecado original”, como diríamos los creyentes. Nos falta algo importante si quitamos a Dios de nuestras vidas. Es curioso, pero Jesús de Nazaret, con su muerte en la Cruz, reconcilia al ser humano con Dios y derriba el muro que les separa. Su paz no es como la del mundo. La Paz solo es posible con Dios. La paz no puede separase de la dignidad de las personas, ni de los derechos humanos.

¿Qué podemos hacer nosotros?

Señalamos tres líneas de acción. Una, rezar, orar. Puede parecer tonto e inútil, pero estamos convencidos que la oración transforma corazones. Dos, revisar nuestro modo de relacionarnos con las personas, nuestro lenguaje a veces violento, otras veces discriminatorio por “no ser de los nuestros”. (Cuestiones de raza, sexo, religión, política,…). Construir con nuestras palabras y acciones semillas de fraternidad. Todos somos hijos de un mismo Dios, un Dios que ama a la humanidad y que desde la libertad nos deja aceptarlo o rechazarlo. Y tres, seamos solidarios con los más necesitados. Ahora son estas personas que sufren las consecuencias de la guerra, los que son “silenciados” por expresar otro punto de vista de la verdad. Tú puedes escoger con quién quieres ser solidario, hermano, próximo.No tengamos miedo, ni nos acobardemos en la construcción de la auténtica fraternidad.

La familia salesiana de Ucrania acoge y atiende diariamente a cientos de afectados, cuyo número y situación empeora a niveles desbordantes por momentos. Del mismo modo, las presencias salesianas de países fronterizos Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Moldavia, Hungría y República Checa atienden a los refugiados que consiguen pasar la frontera.

Si quieres donar te dejamos las direcciones de misiones salesianas y/o Cáritas Gipuzkoa.

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